El frasco de la calma es una técnica que sirve para calmar a los pequeños cuando tienen una rabieta, en ningún caso deberá utilizarse como castigo.
¿Cómo hacemos el tarro? Es muy sencillo.
Un tarro aconsejablemente de plástico que tenga tapa, por supuesto.
2 Cucharadas soperas de pegamento con brillantina.
4 Cucharadas de café de brillantina puedes elegir el color que más te guste, te recomendamos un solo color.
1 Cucharada de café de colorante alimentario.
Llenamos la mitad del tarro de agua caliente y la otra mitad de champú trasparente y cola caliente. Mezclamos todos los ingredientes dentro del tarro dejando dos dedos de aire para que el contenido se mueva cuando sea agitado.
¡¡¡Y ya tenemos nuestro tarro de la calma!!!
La edad ideal para ponerlo en práctica es entre los 2 y los 5 años, no os olvidéis de hacer el tarro acorde al tamaño del peque.
Esta técnica viene de la gran Maria Montessori, primera mujer doctorada en medicina en Italia, el pequeño fiscaliza la atención en el tarro y pico a poco se va relajando su sistema nervioso central.
Cuando los pequeños tienen una rabieta, su ritmo cardíaco y respiración se aceleran, esto provoca un bloqueo en su mente ¿cuántas veces hemos preguntado a ún niño por qué llora tras una rabieta y no lo sabe? Al concentrarse en el tarro con la caída de la brillantina disminuirá paulatinamente su agitación, llegando a la calma y relajación.
De todas formas no hemos de olvidar que los niños al igual que las flores son únicos e irrepetible su cómo cualquier aprendizaje requerirá práctica para cada niño en concreto.
Fuente: greenme.it,accidentaccio.it